Siempre creí que los amigos los hacías en el Instituto, en el barrio o a lo sumo en la Universidad. Pensaba, erróneamente, que a partir de los 30 la vida te lleva a conocer a gente con la que puedes llegar a consolidar ciertos lazos de afecto. Pero poco más. Justificaba mi planteamiento en el hecho de que uno ya suele tener a esa edad montada toda un estructura en torno a la cual gira su vida: familia, trabajo, amigos de la infancia. Entrar en un nuevo círculo de amistades y pretender convertir a alguno de sus miembros en "amigo de verdad" resulta algo más que una utopía.
Hasta que un día entró Pepe en mi vida. Un magazine vespertino y una dosis de fortuna lograron que coincidiéramos en un plató de televisión. Una semana y después otra y después otra más. Antes de lanzarnos al ruedo del directo compartimos momenos en el mismo camerino. Charlas informales, risas, complicidad ( Ramoncín, que grande eres) y me percaté de que allí, cada viernes, había un tipo estupendo.
Un tipo que acaba de publicar una novela que es una delicia. Sólo lamento que el destino me haya puesto en su camino en 2005. Y no en el 83. Estoy seguro de que habría compartido en California o en Oviedo momentos inolvidables. Afortunadamente aún queda un largo recorrido juntos.
Un abrazo, monstruo.
2 comentarios:
Por Dios!!!! La foto es brutal! "Los So/supremos"
Me río cuando le leo y me gusta...y si está leyendo el comentario del blog de DayBit, permíteme que le diga de nuevo que si mañana sigue siendo el día de la marmota y se va hacer surf....por lo que más quiera que me aviseeee.
MUÁ
Ju
PD: lo de verificar la palabra es un rollete, si lo sacas estaría bien pués
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